jaime garzon
jaimen grazon en su coferencia en la universidad autonoma el la sede chapañan en el 1997 4 febrero decia las cosas en humor pero con la realidad para que supiermos como estva nuestro pais en una crueldad que nosotros no sabiamos como estabamos gobernados de las crisis que viviamosn por lo menos de la educacion la gente eso lo coge de recocha que no estamos comprometidos en eso que por lo menos los ricos se creian pues inglese los de la clase media gringos y los de calse baja mexicanos, que en la television dice cosas que vivimos la gente lo coge de recocha pero eso un metodo para que la gente ponga mas antecion de lo que estamos viviendo Es una crítica hacia la sociedad en Colombia a través de lo que se vive en el diario vivir y no solo era critica sino que nos pone a reflexionar sobre como actuamos frente a las situaciones en el país más que todo enfocado hacia la política y los medios. En pocas palabras, esa es la realidad en Colombia aunque sea de una época diferente.
Errática, desordenada e improvisada, la lección buscaba explicar, como se hace en cualquier coctel, por qué en Colombia «estamos como estamos». Garzón formuló sus observaciones cómicamente, haciendo reír al público con los apuntes con que analizaba lo que según él eran nuestras costumbres más absurdas y nuestra forma de relacionarnos con el Estado.
Garzón habló del clientelismo, de la corrupción, de la exclusión, de la falta de libertad de expresión. En resumen, habló de todos estos temas que hacían parte del parlamento del Jaime Garzón «de verdad», el que estaba debajo de la piel de los políticos que imitaba y los personajes que representaba. Ese Garzón era poco familiar para su gran público, pero lograba sintetizar su forma de ver el mundo y sintonizarse con este para retrasmitir la idea. ¿O acaso no?
El mismo Garzón dijo en esta conferencia, aclarando una afirmación de una persona del público, que él no hacía humor sino crítica política. No quería ser un profeta incomprendido. Le preocupaba que la gente solo se quedara con la parte cómica de su representación, que no viera más allá, que no buscara el lado trágico que hay en cualquier comedia, el lado de la verdad y el sufrimiento. Es el aspecto más difícil de entender porque es el que se refiere a nosotros mismos. Garzón conocía la verdad pero tal vez no le era natural decirla en serio.
Sabía que decir la verdad en serio podía ser fatal. Dijo, hablando del precio de la independencia, que las advertencias y las amenazas eran pan de cada día y que se bañaba y cambiaba de ropa todos los días para que no encontraran su cadáver «todo cagado». No se sabe si él encontró la muerte por haber dejado de ser chistoso o por haber sido serio en algún escenario de su vida que no era público.
Pero desde ese momento, aunque nunca quedara establecida con claridad la relación, se volvió un muerto útil para el periodismo y la causa de la libertad de expresión. Yamid Amat, además, explotó su muerte con absurdas y desmedidas campañas que solo dejaron para la posteridad dos estatuas en lugares poco importantes en Bogotá.
Todos los rostros de Garzón fueron asesinados el mismo día y llorados por tanta gente. Con Garzón murieron esperanzas, las mismas que se pierden cada día. Esta vez se desvaneció la de reírse de un buen o mal chiste y la de poder seguirse riendo en medio del dolor. También la de unos pocos, que era la de él mismo: la de abrir los ojos y ver más allá de lo evidente. Poco o nada queda de eso ya. Hoy el ejemplo de humor y crítica es decir una y otra vez, hasta que todo pierda el sentido y todos perdamos la conciencia, «deje así». Y así quedó. ¿O acaso cuántos no se rieron cuando dijo «Uribe es terrible»? bueno esta son las cosas que el dijo bueno de hay aprendi muchas de las cosas que no hacemos bien que jaime grazon nos dejo mucho pra reflexionar de lo que estamos viviendo
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